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La piel es el órgano principal que reviste nuestro cuerpo, sirviendo de protección y de barrera orgánica con el medio externo, actuando en el equilibrio hidroelectrolítico, regulando la temperatura y aislándonos en parte de la radiación ultravioleta y de agentes infecciosos.

-Consta de tres capas:

 1. Epidermis: Capa más externa, conformada por tejido epitelial. Las células que forman esta capa están llenas de queratina, formando una capa que limita la permeabilidad de la piel. Este hecho provoca que las pérdidas de líquido estén minimizadas, pero también dificulta la penetración de los productos aplicados en la piel. En ella se produce lo que denominamos como «proceso de descamación» o reemplazo epitelial.

2. Dermis: Tejido conectivo, inmediatamente después de la epidermis. Es rico en colágeno (aporta resistencia a la piel), elastina (aporta elasticidad a la piel) y proteoglicanos (ancla al tejido tanto el colágeno como la elastina), además de numerosos vasos sanguíneos, receptores nerviosos, glándulas sudoríparas y sebáceas y los folículos pilosos (vello).

3. Hipodermis: Debajo de la dermis. Rico en tejido adiposo (grasa), y pobremente vascularizado (pocos vasos sanguíneos).

Este último tejido va a ser relevante y diana en tratamientos como la reducción del tejido adiposo, y la dermis, va a ser relevante en la firmeza, elasticidad y turgencia de la piel.

¿Por qué y cómo se crea la grasa?

Como hemos mencionado con anterioridad, la hipodermis está formada principalmente por adipocitos, que son células que contienen grasa almacenada en forma de triglicéridos en su interior. El tejido celular subcutáneo tiene un rol amortiguador de golpes, funciona como aislante térmico y como depósito o reserva de energía.

La grasa (principalmente la llamada blanca por estar conformada de adipocitos blancos, en personas adultas), se deposita no sólo en el tejido subcutáneo, sino también alrededor de las vísceras.

    Es importante destacar que, en las mujeres, una vez alcanzada la primera menstruación y debido a la acción de los estrógenos, la grasa consumida en los alimentos se deposita preferentemente en el “bajo vientre” y en la cara posterolateral de los muslos. Alimentos dulces o exceso de carbohidratos complejos (como el pan o las pastas), van a transformarse también en grasa que tendrá tendencia a depositarse en estas regiones. Esta está directamente vinculada a la patogenia de la “celulitis”, pareciendo ser parte constitucional e intrínseca de la mujer.

    El tipo de grasa que se elimina con el ejercicio es, principalmente, la grasa visceral, que es la que responde a la demanda de energía; la grasa subcutánea del “bajo vientre” y muslos tiende a ser retenida por los adipocitos.

    Entonces…

    ¿Cómo puedo eliminar esta grasa tan difícil y resistente?

      Es en este punto en el que toman relevancia los tratamientos corporales y el rol del fisioterapeuta estético. Se busca romper mecánicamente los adipocitos, de manera que los triglicéridos contenidos en ellos puedan ser entregados a la circulación.

      La Fisioterapia Dermatofuncional, antiguamente conocida como fisioterapia estética actúa en la prevención, promoción y recuperación del sistema tegumentario (piel y sus anejos). Dentro del marco de la fisioterapia dermatofuncional se encuentran englobadas entidades como la obesidad, la flacidez de la piel, grasa localizada, estrías, el fibroedema gelóide y las cicatrices, entre otras.

      Como en cualquier tratamiento, es de vital importancia una correcta valoración y diagnóstico, los cuales son la clave para conseguir el mejor resultado:

      Se debe conocer:

      • Estilo de vida del paciente: Si hace deporte, si lleva una vida activa, hábitos tóxicos, ingesta hídrica correcta, etc.
      • Enfermedades y condicionantes de la salud que puedan suponer una contraindicación al tratamiento o que puedan alterar o interferir en el resultado.
      • Medicación que pueda hacer “frenar” los resultados como los corticoides (retención de líquidos), los anticonceptivos, los ansiolíticos y los antidepresivos (que pueden hacer que el paciente se sienta hinchado), los antiagregantes plaquetarios (que crean fragilidad capilar y se pueden crear hematomas durante el tratamiento), etc.
      • Tener en cuenta cómo es el aspecto de la piel y su color, la circulación, los edemas, si hay presencia o no de retención de líquidos.
      • Cómo es de funcional el tejido: Si hay adherencias o dolor.

      Además, Se debe realizar un registro fotográfico objetivo, controlando los factores ambientales y lumínicos para no falsear los resultados. Se hará una fotografía antes de iniciar el tratamiento y al final de cada sesión en la misma ubicación, con la misma ropa, en la misma posición y con la misma iluminación.

      ¿En qué consiste este tratamiento?

        Es un tratamiento inocuo, no invasivo y que puede repetirse sin límites siempre que el profesional sanitario lo vea oportuno. Es simple y efectivo.

        En función de la zona corporal y el tipo de patología a la que nos enfrentemos, utilizaremos una aparatología u otra. A grandes rasgos hablamos de:

        • Ondas de choque: Son ondas acústicas que transportan alta energía, transmitida a través de la piel y difundidas radialmente en el cuerpo. Este tratamiento se utilizó por primera vez para eliminar los cálculos renales sin cirugía y, poco a poco se ha ido desarrollando un nuevo concepto que da cabida a otro tipo de patologías tanto musculoesqueléticas como dermatofuncionales. Tiene efecto antiedematoso (aumentando la producción de colágeno, mejorando el metabolismo y la microcirculación, aportando nueva vascularización a los ligamentos y estimulando la actividad de los osteoblastos o células óseas creadoras de tejido óseo) y efecto analgésico.
        • Mesoterapia virtual: Esta aplicación se realiza con diatermia. Método C.R.I (capacitivo, resistivo, Ions Resonance), cuya función principal es ayudar a la protección, tonificación y regeneración vascular. Es un coadyuvante para conseguir reabsorción y un drenaje fisiológico de amplia eficacia terapéutica. Además, desempeña una acción activa en los tejidos blandos, con rico contenido en agua y desarrolla una acción eficaz también en tejidos de mayor resistencia, con bajo contenido en agua, como la grasa. Estos efectos, combinados con productos externos (mesoterapia) que ayudan a la quema de tejido adiposo, al drenaje de líquidos, y a dar firmeza a la piel, entre otros efectos, incentivan a alcanzar unos resultados óptimos.
        • Masaje reafirmante: En sentido ascendente, rápido y enérgico. Mejora el tono muscular y el tejido cutáneo, sobre todo para combatir la celulitis y el exceso de flacidez en abdomen, mamas, brazos, piernas y glúteos. Mejora el retorno venoso, se encarga de favorecer la eliminación de toxinas y residuos, ayuda a mejorar la circulación, acaba con la flacidez, alisa y tensa la piel y estimula la producción de elastina y colágeno.
        • Presoterapia: Técnica de tratamiento que consiste en aplicar presión positiva en determinados tejidos de las piernas y abdomen, provocando una acción similar a un masaje.

        ¿Quieres conocer más acerca de esta particular especialidad dentro del campo de la fisioterapia? No dudes en venir a nuestra clínica y preguntar por un asesoramiento y valoraciones iniciales. Te asesoraremos y juntos decidiremos qué tratamiento es el que más se adecua a tu cuerpo y tus circunstancias.

        En la Clínica Vive Vida contamos con la aparatología necesaria para la aplicación de este tratamiento. No dudes en preguntarnos. ¡TE ESTAMOS ESPERANDO!